Por Mireya Martinez
Oscuridad
Oscuridad vacía ante mi cuerpo.
inaudita invasión de tu
sangre en mi piel,
por aquella vez que
navegaron tu brazos
en mi abandono.
mas allá tu recuerdo me
persigue
me hace enloquecer.
Es tu luz.
la que navega día con día
tú.
el que se desliza con
ternura
tus sueños
sueños del ayer.
y miro tu sombra entre la
senda prohibida.
El silencio de la noche,
desnuda mi alma al
atardecer,
me estremece con caricias,
me lleva hacia el océano
infinito.
hacia la puerta de la
obscuridad.
Una letra para pronunciarte
tan sólo un silencio para
decir adiós
quisiera verte un poco más.
tu mirada embellece la
delicada textura de mi piel
y hace perderme en el abismo
de tu soledad
Quisiera llorarte
tenerte en un mar de
lágrimas
derramarte para no tenerte más.
Nombrarte es una muralla
impalpable.
cuevas, relámpagos
inexistente
no hablas, tan solo ves.
y de repente todo se acaba.
todo se vuelve nada.
Un instante sin ti
Tu mirada es descifrada en
mi cuerpo
bajo ese vocabulario de tu
ser indiscreto,
hazme tuya en la
infame agua
Ojos infinitos,
tibios, húmedos labios
lascivos en la
brevedad posible de un instante sin ti
en el silencio mutuo de tu
obscura desnudez,
fingiendo no ser nada al
roce de tu piel.
Mentiras cobijadas a la
brevedad de tu voz
significancia que, a pesar
de todo, no es nada
mareada por tanta
sed de sentirte en mi boca
sintiendo las olas
revoloteando mi alma.
Encuéntrame en tu ser
solitario
que va bebiendo poco a poco
tu vida tan deseable
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