Julieta Rincón
reproductores de
genes, de conductas, manías, torpezas, errores, frustraciones.
Renuncio, por voluntad propia, a entregarme a la rutina:
hijos, desayuno, escuela, cree en dios, aprende valores, mi
buena moral
-abierta de piernas y en coma-
se así, no seas de esta manera;
siéntate bien, se responsable, crece, madura…
Desprecio la idea de reproducirme para evitar la soledad
senil
-acechante, inevitable-
dejar “humanos” a
imagen y semejanza;
que sufran el mundo, que lo ignoren y que escupan en él,
lo abusen y lo conviertan en su vertedero de mierda.
A imagen y semejanza.
No quiero cubrir con el vientre a abusadores,
asesinos, pederastas, violadores;
“deformaciones de lo correctamente humano”
No quiero ser vientre sagrado,
soy vientre permisible, arriesgado.
Ni vientre cansado, denigrado,
vientre cansado, radiante.
Vientre fecundo de hazañas del tiempo.
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